Tuesday, October 17, 2006
TELECIUDADES
Leyendo el correo electrónico me encontré con la siguiente noticia:
Se están desarrollando en todo el mundo proyectos en Internet definidos como "Ciudades digitales", "Ciudades virtuales”o, como mejor se las conoce, "Teleciudades".Las teleciudades son sitios web con información de interés y una amplia gama de servicios a la comunidad, cuyo objetivo es la de intentar cubrir todos los servicios y la estructura que conforman una ciudad y generar servicios que den un valor agregado a la región en distintos aspectos como son: educación, salud, gobierno, cultura............… Hoy sin necesidad de salir de la casa se puede teletrabajar, teleestudiar, hacer telemedicina, telebanco, telemarketing, telecompras etc.
Y no pude dejar de pensar que pasará con la ciudad real.
Aquella que se funda, para salir de la casa y reunirse con otros que también han salido de sus casas.
Aquella en que lo individual se convierte en un conjunto, en un colectivo que vive, respira y crece, adquiriendo una forma , una historia, una cultura común.
Con una ciudad como Valparaíso, donde, en el interior de esta cultura común, coexisten además múltiples microculturas, que se manifiestan en las diversas formas de habitar los diferentes espacios y lugares de la ciudad
Aquí, es distinto habitar en los cerros que en el plan. En las quebradas que en la cima. En los cerros viejos que en los ubicados en la zona centro, y los límites de los territorios del vivir porteño tienen poca relación con los límites políticos de la ciudad. Son límites del transcurrir cotidiano, de las acciones del habitante, de esas pequeñas sutilezas que conforman la vida de los barrios, esas relaciones que arman las redes de interacción emotiva y corporal entre vecinos y que determinan las maneras de ocupar su territorio.
Los porteños de los cerros crean y ocupan el espacio de acuerdo a sus microculturas y son capaces de regalar en el tiempo, nuevos espacios a la ciudad ( son algo así como tribus urbanas localizadas, generadoras de ciudad)
Para mi, se genera ciudad a partir de la conformación (dar forma), por el uso constante, de lugares urbanos.
Y esto es además, a mi entender, lo que diferencia el habitar del morar. Valparaíso es una de aquellas ciudades en la que los habitantes son capaces de morar, por ello sus moradas ( no solo sus viviendas, sino también, sus espacios comunes) nunca están terminadas. Cada generación que las habita, las modifica a sus necesidades y a sus modos culturales, recreando constantemente el tejido de lugares urbanos.
Me pregunto como podremos mantener estas delicadas estructuras de interacción humano-espacial que sostienen la vida de las ciudades en el mundo real; si ahora todo lo podremos hacer individualmente a través del computador. Sin salir de la casa, sin ver a nadie, sin tener que lidiar con un fastidioso funcionario público, sin encuentros reales con amigos o vecinos en los lugares de siempre, sin morar en los espacios que conforman el imaginario común de los habitantes, en fin, sin ocupar esos bienes comunes que la ciudad brinda y que en definitiva son, los que constituyeron el fundamento de su creación.
Las ciudades virtuales sin duda nos traerán muchas ventajas, entre ellas la de liberarnos de la odisea del traslado diario por vías saturadas de vehículos. Carreteras que de seguir aumentando en número y dimensión como hasta ahora, superarán a futuro la superficie ocupada por las áreas residenciales de las ciudades. Sin embargo, aún no tengo claro si la creación de cómodos y domésticos caminos digitales compensará el hecho de tener que habitar en ciudades cuya vida pública se encuentre en estado de anemia avanzada.
Leyendo el correo electrónico me encontré con la siguiente noticia:
Se están desarrollando en todo el mundo proyectos en Internet definidos como "Ciudades digitales", "Ciudades virtuales”o, como mejor se las conoce, "Teleciudades".Las teleciudades son sitios web con información de interés y una amplia gama de servicios a la comunidad, cuyo objetivo es la de intentar cubrir todos los servicios y la estructura que conforman una ciudad y generar servicios que den un valor agregado a la región en distintos aspectos como son: educación, salud, gobierno, cultura............… Hoy sin necesidad de salir de la casa se puede teletrabajar, teleestudiar, hacer telemedicina, telebanco, telemarketing, telecompras etc.
Y no pude dejar de pensar que pasará con la ciudad real.
Aquella que se funda, para salir de la casa y reunirse con otros que también han salido de sus casas.
Aquella en que lo individual se convierte en un conjunto, en un colectivo que vive, respira y crece, adquiriendo una forma , una historia, una cultura común.
Con una ciudad como Valparaíso, donde, en el interior de esta cultura común, coexisten además múltiples microculturas, que se manifiestan en las diversas formas de habitar los diferentes espacios y lugares de la ciudad
Aquí, es distinto habitar en los cerros que en el plan. En las quebradas que en la cima. En los cerros viejos que en los ubicados en la zona centro, y los límites de los territorios del vivir porteño tienen poca relación con los límites políticos de la ciudad. Son límites del transcurrir cotidiano, de las acciones del habitante, de esas pequeñas sutilezas que conforman la vida de los barrios, esas relaciones que arman las redes de interacción emotiva y corporal entre vecinos y que determinan las maneras de ocupar su territorio.
Los porteños de los cerros crean y ocupan el espacio de acuerdo a sus microculturas y son capaces de regalar en el tiempo, nuevos espacios a la ciudad ( son algo así como tribus urbanas localizadas, generadoras de ciudad)
Para mi, se genera ciudad a partir de la conformación (dar forma), por el uso constante, de lugares urbanos.
Y esto es además, a mi entender, lo que diferencia el habitar del morar. Valparaíso es una de aquellas ciudades en la que los habitantes son capaces de morar, por ello sus moradas ( no solo sus viviendas, sino también, sus espacios comunes) nunca están terminadas. Cada generación que las habita, las modifica a sus necesidades y a sus modos culturales, recreando constantemente el tejido de lugares urbanos.
Me pregunto como podremos mantener estas delicadas estructuras de interacción humano-espacial que sostienen la vida de las ciudades en el mundo real; si ahora todo lo podremos hacer individualmente a través del computador. Sin salir de la casa, sin ver a nadie, sin tener que lidiar con un fastidioso funcionario público, sin encuentros reales con amigos o vecinos en los lugares de siempre, sin morar en los espacios que conforman el imaginario común de los habitantes, en fin, sin ocupar esos bienes comunes que la ciudad brinda y que en definitiva son, los que constituyeron el fundamento de su creación.
Las ciudades virtuales sin duda nos traerán muchas ventajas, entre ellas la de liberarnos de la odisea del traslado diario por vías saturadas de vehículos. Carreteras que de seguir aumentando en número y dimensión como hasta ahora, superarán a futuro la superficie ocupada por las áreas residenciales de las ciudades. Sin embargo, aún no tengo claro si la creación de cómodos y domésticos caminos digitales compensará el hecho de tener que habitar en ciudades cuya vida pública se encuentre en estado de anemia avanzada.