El sociólogo inglés Richard Sennet llama espacio narrativo, a un espacio abierto en el que el tiempo fluye.
La recurrencia de lo narrativo en los espacios de arquitectos contemporáneos tales como Peter Eisenman, Jean Nouvel, Bernard Tshumi y la misma Zaha Hadid tiene que ver, a mi entender, con el cambio que la idea de lugar a sufrido históricamente, desde la arquitectura clásica, ( pasando por el concepto moderno de comienzos del siglo XX ) hasta nuestros días.
La recurrencia de lo narrativo en los espacios de arquitectos contemporáneos tales como Peter Eisenman, Jean Nouvel, Bernard Tshumi y la misma Zaha Hadid tiene que ver, a mi entender, con el cambio que la idea de lugar a sufrido históricamente, desde la arquitectura clásica, ( pasando por el concepto moderno de comienzos del siglo XX ) hasta nuestros días.
Hoy, sin duda lo narrativo en arquitectura la lleva, y este es en la actualidad, uno de los puntos importantes de su encuentro con el cine.
Pero no siempre ha sido así.
Solo en el siglo XIX y con la definición de August Schmarsow, "la arquitectura es el arte de crear espacios", los arquitectos comenzaron a considerar lo espacial como el concepto matriz de la disciplina.
Los modernos adoptaron este principio como discurso de vanguardia, reaccionando en contra de la concepción histórica y formalista de la arquitectura clásica. Contemplaron desde entonces, un espacio que permite el movimiento, en una mirada cinética del mundo( la máquina, sin duda hizo lo suyo) Definieron el concepto de lugar como el de un espacio recorrido.
De allí en adelante, cualquier experiencia espacial se relacionaría con el recorrer.( un ejemplo emblemático, ya citado anteriormente, es la Ville Savoye de Le corbusier).
Este recorrer transcurre en el tiempo y el tiempo es la materia de que está hecho el cine. Tanto es así, que Andrei Tarkovki, (el famoso cineasta ruso) en uno de sus más conocidos escritos, afirma que hacer cine es : “esculpir en el tiempo”.
Sin embargo este tiempo del que tanto hablaron los modernos a comienzos del siglo XX, es solo tiempo de recorrido, lo llamaron: “ la cuarta dimensión del espacio”.
Actualmente los arquitectos no hablamos de movimiento, o de tiempo. Hablamos de sistemas dinámicos, de espacios que fluyen y de lugares inestables; porque hemos descubierto que nuestra sociedad, nuestra cultura, la realidad, el mundo y el universo, lo son. De este descubrimiento ( que por supuesto es de los físicos y no de los arquitectos) surgió la necesidad de crear un espacio arquitectónico flexible, polivalente y polisémico casi tan paradojal como el cinematográfico, que corresponde en lo temporal a lo que Sennet llama: el espacio narrativo.
Jean Mitry, teórico del cine apuntaba respecto del espacio: “en el cine me encuentro a la vez dentro de la accción y fuera de ella, dentro del espacio y fuera de el. Puesto que tengo el don de la ubicuidad, estoy en todas partes y en ninguna”. y sin embargo, este espacio se puede habitar y hasta puede graficarse, permite ser fijado en cierta forma,( como los planos de los espacios en movimiento, en los filmes de Wim Wenders) y es una clase de espacio narrativo en razón de su condición de provisionalidad y de contenedor de múltiples, temporales y cambiantes puntos de referencia para la mirada del espectador.
De allí en adelante, cualquier experiencia espacial se relacionaría con el recorrer.( un ejemplo emblemático, ya citado anteriormente, es la Ville Savoye de Le corbusier).
Este recorrer transcurre en el tiempo y el tiempo es la materia de que está hecho el cine. Tanto es así, que Andrei Tarkovki, (el famoso cineasta ruso) en uno de sus más conocidos escritos, afirma que hacer cine es : “esculpir en el tiempo”.
Sin embargo este tiempo del que tanto hablaron los modernos a comienzos del siglo XX, es solo tiempo de recorrido, lo llamaron: “ la cuarta dimensión del espacio”.
Actualmente los arquitectos no hablamos de movimiento, o de tiempo. Hablamos de sistemas dinámicos, de espacios que fluyen y de lugares inestables; porque hemos descubierto que nuestra sociedad, nuestra cultura, la realidad, el mundo y el universo, lo son. De este descubrimiento ( que por supuesto es de los físicos y no de los arquitectos) surgió la necesidad de crear un espacio arquitectónico flexible, polivalente y polisémico casi tan paradojal como el cinematográfico, que corresponde en lo temporal a lo que Sennet llama: el espacio narrativo.
Jean Mitry, teórico del cine apuntaba respecto del espacio: “en el cine me encuentro a la vez dentro de la accción y fuera de ella, dentro del espacio y fuera de el. Puesto que tengo el don de la ubicuidad, estoy en todas partes y en ninguna”. y sin embargo, este espacio se puede habitar y hasta puede graficarse, permite ser fijado en cierta forma,( como los planos de los espacios en movimiento, en los filmes de Wim Wenders) y es una clase de espacio narrativo en razón de su condición de provisionalidad y de contenedor de múltiples, temporales y cambiantes puntos de referencia para la mirada del espectador.
Lo paradojal es que siendo, en términos actuales, digamos virtual, "sus coordenadas se extienden sobre nuestro espacio de todos los días, ese que nos espera a la salida del cine" como tan bien lo expresa el crítico argentino Eduardo Russo.
Quizás, ese es también el secreto de un espacio arquitectónico acorde con nuestra efímera realidad. Un espacio que debería soportar el paso del tiempo y los cambios que ello con-lleva. Generador de lugares modificables, que puedan adecuarse a usos diferentes de aquellos para los que fueron proyectados. (Usos cuya diversidad futura aún no imaginamos). Un espacio que pueda re-inventarse continuamente y permita ser mirado desde muchos puntos, donde el tiempo fluya y cambie el díalogo de las cosas; la estructura y la organización de sus relaciones.
¿Deberemos los arquitectos renunciar a nuestro afán de dominar cada detalle y cada aspecto formal del proyecto, creando nuevos espacios ciber-narartivos, apostando por lo elusivo de lo real, en beneficio de de una persistencia válida en el tiempo de nuestra obra?
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