"La idea de fluir es importante,
fluir de un espacio a otro, como la energía, como la información"
Zaha Hadid
El primer plano- secuencia que recuerdo en la arquitectura moderna, es la famosísima promenáde architecturel de Le Corbusier en la Ville Savoye (1930). No me cabe duda que hay otros, mucho más tempranos en la historia, como por ejemplo las magníficas secuencias de las pirámides o de los templos iniciáticos egipcios, en donde los sacerdotes del Ojo de Orus llevaban a sus acólitos desde las profundidades de la tierra a las alturas divinas, mediante rampas zigzageantes a lo largo de la edificación.
Pero esos, son anteriores a la invención del kinoscopio y por lo tanto no podríamos apelar a algún tipo de influencia fílmica ( consciente o in-consciente) en su formulación conceptual.
En cambio la obra del maestro, tal como la de Wright, si es contemporánea a las primeras décadas de existencia del cine. No me atrevería a asegurar que él era muy cinéfilo, sin embargo, su admiración por el movimiento, la velocidad y la máquina (en su período futurista) me hace pensar en cierta influencia de época.
El caso es, que Zaha Hadid y Le Corbusier, en distintas épocas y por razones diferentes, proponen una manera similar de articular el espacio. Superponen, (al igual que se hace en el cine, con ese recurso llamado plano- secuencia ) a las visiones habituales de cada nivel, una visión interior que las atraviesa verticalmente y permite a la vez, el dominio de la totalidad, conservando la unidad narrativa de cada espacio en particular.
La diferencia está en que Zaha ( ya todos le dicen simplemente Zaha, tal como a Le Corbusier le llamaban Corbu. Ambos igualmente beatificados. ) emulando a Hitchcock (La Soga. 1948) y a Sokurov (EL Arca Rusa, 2002 ) en el cine, nos ofrece uno de los más largos "plano- secuencia" de la historia de la arquitectura actual.
Todo un record. Además hay que admirar, que algo tan prosaico como una hilera de vehículos cruzando una via elevada, pueda convertirse en un fundamento arquitectónico capáz de generar una obra de una espacialidad de tal fluidez y riqueza.
Pero esos, son anteriores a la invención del kinoscopio y por lo tanto no podríamos apelar a algún tipo de influencia fílmica ( consciente o in-consciente) en su formulación conceptual.
En cambio la obra del maestro, tal como la de Wright, si es contemporánea a las primeras décadas de existencia del cine. No me atrevería a asegurar que él era muy cinéfilo, sin embargo, su admiración por el movimiento, la velocidad y la máquina (en su período futurista) me hace pensar en cierta influencia de época.
El caso es, que Zaha Hadid y Le Corbusier, en distintas épocas y por razones diferentes, proponen una manera similar de articular el espacio. Superponen, (al igual que se hace en el cine, con ese recurso llamado plano- secuencia ) a las visiones habituales de cada nivel, una visión interior que las atraviesa verticalmente y permite a la vez, el dominio de la totalidad, conservando la unidad narrativa de cada espacio en particular.
La diferencia está en que Zaha ( ya todos le dicen simplemente Zaha, tal como a Le Corbusier le llamaban Corbu. Ambos igualmente beatificados. ) emulando a Hitchcock (La Soga. 1948) y a Sokurov (EL Arca Rusa, 2002 ) en el cine, nos ofrece uno de los más largos "plano- secuencia" de la historia de la arquitectura actual.
Todo un record. Además hay que admirar, que algo tan prosaico como una hilera de vehículos cruzando una via elevada, pueda convertirse en un fundamento arquitectónico capáz de generar una obra de una espacialidad de tal fluidez y riqueza.
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