“la arquitectura existe, como el cine, en la dimensión del tiempo y del movimiento. Uno concibe y lee un edificio en términos de secuencias.
Jean Nouvel
“ El todo refleja cada parte y cada parte reproduce el todo. La relación del todo con las partes se establece en el movimiento y el movimiento está en la realidad.”
Jean Nouvel
“ El todo refleja cada parte y cada parte reproduce el todo. La relación del todo con las partes se establece en el movimiento y el movimiento está en la realidad.”
Sergei Eisenstein
Es verdad que aunque Eisenstein por herencia paterna y por afición personal dominaba más de algunas cosillas en el ámbito arquitectónico, su teoría ( inspirada en parte en los antiguos poemas Haiku ) del montaje en el cine, es fácilmente aplicable a todos los procesos artísticos y no solamente a la arquitectura.
Es verdad que aunque Eisenstein por herencia paterna y por afición personal dominaba más de algunas cosillas en el ámbito arquitectónico, su teoría ( inspirada en parte en los antiguos poemas Haiku ) del montaje en el cine, es fácilmente aplicable a todos los procesos artísticos y no solamente a la arquitectura.
Pero las preguntas que se formula el montajista :¿ que es lo que se corta?, ¿como y cuando se corta? ¿de que manera se relacionan dos o mas tomas o planos?; nos parecen notablemente familiares, al enfrentarnos al diseño de una obra singular o a una proposición urbana.
Por otra parte, pensar desde el montaje, es una buena manera de comenzar a construir una observación.
¿Y cómo no habría de ser así?. Si atendemos a Jean Nouvel, la decisión de lo que se ve, como se ve, con que tamaño, encuadre y duración; define los límites no solo de un plano en un film, también puede ser determinante en la configuración de la secuencia de los espacios interiores y exteriores de un proyecto.
Los arquitectos solemos hablar de continuidad, de límites, de umbrales, de articulaciones, de relación de las partes; otorgando diferentes nombres a una manera de estructurar eventos arquitectónicos. De este modo cinematográfico se puede determinar: el movimiento, el ritmo, el tiempo, y las diferentes percepciones de un lugar.
Así como, según Eisenstein, es en el momento del corte del plano o raccord, en donde está la clave del montaje, cada arquitecto tiene su manera propia de cortar o relacionar los espacios.
Algunos como Mies lo hacen abruptamente, Wright prácticamente disuelve un lugar en otro. Le Courbusier contruye un perfecto travelling, en la Ville Savoye. Bernard Tschumi propone alterar el significado de una secuencia espacial, con la inclusión de un espacio diferente, a la manera en que lo hace Tarantino en el cine.
O Adolf Loos, ese dandy de la arquitectura, que con su Raumplan instaura por primera vez, y en pleno Modernismo, la concepción libre del espacio y la disposición de recintos habitables relacionados entre si, en distintos niveles, sin estar unidos a ninguna planta. Como en la casa del escritor Tristan Tzara.
Desde el punto de vista el montaje, en la secuencia del espacio arquitectónico debe existir - como diría Louis khan- una "ley del orden", pero no en una secuencia temporal predeterminada. Siguiendo a Godard: “un film puede tener principio, medio y final. Más no necesariamente en ese orden”
¿Y cómo no habría de ser así?. Si atendemos a Jean Nouvel, la decisión de lo que se ve, como se ve, con que tamaño, encuadre y duración; define los límites no solo de un plano en un film, también puede ser determinante en la configuración de la secuencia de los espacios interiores y exteriores de un proyecto.
Los arquitectos solemos hablar de continuidad, de límites, de umbrales, de articulaciones, de relación de las partes; otorgando diferentes nombres a una manera de estructurar eventos arquitectónicos. De este modo cinematográfico se puede determinar: el movimiento, el ritmo, el tiempo, y las diferentes percepciones de un lugar.
Así como, según Eisenstein, es en el momento del corte del plano o raccord, en donde está la clave del montaje, cada arquitecto tiene su manera propia de cortar o relacionar los espacios.
Algunos como Mies lo hacen abruptamente, Wright prácticamente disuelve un lugar en otro. Le Courbusier contruye un perfecto travelling, en la Ville Savoye. Bernard Tschumi propone alterar el significado de una secuencia espacial, con la inclusión de un espacio diferente, a la manera en que lo hace Tarantino en el cine.
O Adolf Loos, ese dandy de la arquitectura, que con su Raumplan instaura por primera vez, y en pleno Modernismo, la concepción libre del espacio y la disposición de recintos habitables relacionados entre si, en distintos niveles, sin estar unidos a ninguna planta. Como en la casa del escritor Tristan Tzara.
Desde el punto de vista el montaje, en la secuencia del espacio arquitectónico debe existir - como diría Louis khan- una "ley del orden", pero no en una secuencia temporal predeterminada. Siguiendo a Godard: “un film puede tener principio, medio y final. Más no necesariamente en ese orden”
0 Comments:
Post a Comment
<< Home