Construir una observación arquitectónica, o construir el objeto, como proponía Pierre Bourdieu, significa romper lo establecido en múltiples direcciones, ir más allá del sentido común, pensar relacionalmente, crear nuevas relaciones, atender a la historia de los hechos. Así un primer conjunto de datos y observaciones derivarán del acto de “pensar desde otra parte”, desde otros ámbitos de significación.
¿Qué puedo decir? No soy la primera arquitecto y sin duda no seré la última en relacionar la arquitectura con el cine buscando mirar el oficio desde el lado opuesto de la mesa. Desde Adolf Loos, pasando por Wright, Le Courbusier, Rem Koolhaas y Jean Nouvel-entre otros-lo han hecho, así es que me siento en buena compañía.
Además, desde mi infancia amo el cine. Aún recuerdo con nostalgia mis matinés dominicales en las que no discriminaba ningún género; el terror, la risa, la poesía y las balas, pasaban ante mis ojos asombrados. Sin saberlo compartía totalmente la afirmación de Antonin Artaud: “El cine es más exitante que el fósforo y más cautivante que el amor”.
Lo importante -creo yo- es aclararse el como se entrecruzan ambas disciplinas, que recursos, que valores comparten y aportan mutuamente.
Del cine, la arquitectura toma el sentido del movimiento, de la continuidad, del tiempo, del montaje, del encuadre, de la toma.
El cine recoge de la arquitectura el sentido de lugar, como sugerir una intención, un significado.
¿Qué puedo decir? No soy la primera arquitecto y sin duda no seré la última en relacionar la arquitectura con el cine buscando mirar el oficio desde el lado opuesto de la mesa. Desde Adolf Loos, pasando por Wright, Le Courbusier, Rem Koolhaas y Jean Nouvel-entre otros-lo han hecho, así es que me siento en buena compañía.
Además, desde mi infancia amo el cine. Aún recuerdo con nostalgia mis matinés dominicales en las que no discriminaba ningún género; el terror, la risa, la poesía y las balas, pasaban ante mis ojos asombrados. Sin saberlo compartía totalmente la afirmación de Antonin Artaud: “El cine es más exitante que el fósforo y más cautivante que el amor”.
Lo importante -creo yo- es aclararse el como se entrecruzan ambas disciplinas, que recursos, que valores comparten y aportan mutuamente.
Del cine, la arquitectura toma el sentido del movimiento, de la continuidad, del tiempo, del montaje, del encuadre, de la toma.
El cine recoge de la arquitectura el sentido de lugar, como sugerir una intención, un significado.
Pero lo que los une finalmente es el espacio.
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